Hoy viajamos de España a Portugal para hablar de una de sus ciudades más representativas y traducir paisajes, sensaciones y momentos en palabras en español y portugués. Palabras que destilan, como el buen vino, hermandad y siglos de historia común que queremos revivir en estos párrafos.
No cabe duda, Oporto conquista la mirada del viajero con su aire decadente, sus azulejos que contemplan la ciudad desde la Ribeira y, por encima de todo, con sus puentes sobre el río Douro.
Contemplar la ciudad desde este señorial río que compartimos con nuestros vecinos portugueses ofrece al visitante un sinfín de nuevas perspectivas sobre el paisaje y sus gentes. Porque desde el momento en el que subes al “rabelo” (el barco que antaño transportaba por el cauce del Duero las barricas de vino de Oporto) puedes divisar una sobrecogedora panorámica de las viejas casas de la ciudad, con un colorido y contraste muy difícil de borrar de la retina.
Difícilmente uno puede escribir sobre eso. Ni en español ni en portugués. Es prácticamente imposible traducir esas sensaciones en palabras, pero vamos a intentarlo con algunos detalles prácticos.
Información práctica sobre Oporto y el viaje
El “Crucero de los seis puentes”, que es como se conoce popularmente esta singladura por el Douro, se puede contratar con varias empresas que ofrecen sus servicios en el concurrido paseo que bordea el río. Los precios no varían demasiado y rondan los 12€ por ticket y el recorrido de los barcos es el mismo: una tranquila navegación que te permitirá contemplar desde el cauce del río el Puente de Luis I (diseñado por el ingeniero Teófilo Seyrig, socio de Gustave Eiffel) y también los del Infante Don Enrique, María Pía, Sao Joao, Freixo y Arrábida. En este último es donde finaliza el trayecto de ida para que el barco dé la vuelta y los viajeros del otro lado de la embarcación puedan contemplar el paisaje más pintoresco de la ciudad.
Si viajas a la capital portuguesa del vino de Oporto, no puedes dejar de hacer este recorrido. No te llevará demasiado tiempo, unos 60 minutos, y es especialmente recomendable si consigues un asiento en babor o estribor, en el exterior del barco. Si puedes elegir sitio mucho mejor, en cualquier caso una de las perspectivas que podrás disfrutar desde todos los puntos del barco es la que tendrás levantando la cabeza y mirando al cielo portugués a través de los puentes de Oporto.
Podrás admirar cómo cada puente se va acercando poco a poco. Como va cambiando su figura y la forma en que la luz se refleja en sus materiales, hasta pasar justo por debajo, contemplando todos los detalles de su arquitectura.
Un río que sabe a vino
Sin duda, otro gran elemento singular de la ciudad que se puede contemplar desde el crucero, son las prestigiosas bodegas de Oporto instaladas al otro lado del río, en Vila Nova de Gaya. Con sus llamativos rótulos, las bodegas Sondean, Ramos Pinto, Furriera o Taylor abren nuestro apetito por los caldos portugueses e invitan a continuar el viaje al corazón de la ciudad, esta vez ya en tierra firme, visitando uno de estos templos vitivinícolas para los amantes del Oporto.
Nuestro vecino portugués ofrece como país multitud de posibilidades de ocio y turismo para una escapada de fin de semana. Estamos muy cerca, aunque el idioma quizá no tanto como a veces creemos. Por eso, si necesitas traducciones de español a portugués o de portugués a español, contamos con un equipo de traductores especializados también en documentos legales o técnicos que te ayudarán a resolver cualquier tipo de traducción que necesites. Tú preocupare de disfrutar de Oporto, que de las traducciones nos encargamos nosotros.
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